Bien es
sabido que parte del sentimiento más bello de que se tenga noticia nace en Portugal. La
noción de la costa y el mar que deambula sin prisa por las orillas de este país tienen también el carisma metafísico más imponente de la
Europa occidental. El fado, en el centro del decurso de las aguas de territorios como la Lisboa señorial, cruza junto a una
tierra sostenida como fotografía en el tiempo y de allí proviene la riqueza máxima de la música de Portugal.
La
tradición tiene mucho que ver con el fuerte del mediterráneo y la extensa ola de migración que llevó de un lado a
otro la rica
cultura árabe, aunque este país en particular sobrellevó un especial acento de cercamiento
cultural y por ello el país no tuvo tanta importancia hegemónica en la región hacia los años noventa
del siglo
XIX, e incluso llegadas las guerras mundiales y la cercana guerra de España. Instrumentos
fundamentales en su música son el Bombo, el Adufe, El sarronca, la Guitarra portuguesa, el Braguesa, la Viola
de Arame, la
Viola Toeira, el Cavaquinho, la Braguinha.
En
primera instancia, la música portuguesa se pudo ver influenciada por la tradición musical de la
antigua Roma con la que igual España se vio bastante emparentada. La posición de este país peninsular
trajo a su
cultura desde momentos armoniosos de vida hasta problemas de referente político por su escasa
fortaleza en temas de relaciones externas (Véase: Ultimátum, PESSOA, Fernando. El regreso de los dioses, Acantilado ed. España:
2007, 431 págs.).
De allí
que a su música se
le relacione más con la calma del buen cuidado o la saudade, que con una actitud guerrerista o
impuesta frente a un subcontinente presto a las mayores guerras del siglo, no obstante la enorme
fuerza del país
tras sus conquistas y los territorios del África a su mandato. El fado, proviene en su
mayoría de la cuestión e influencias árabes y entra al Portugal como música de rebeldía desde los
barrios pobres y
las zonas suburbanas.
Teresa Salgueiro (vocals)
Pedro Ayres Magalhães (guitar)
Francisco Ribeiro † (violoncello)
José Peixoto (guitar)
Gabriel Gomes (accordion)
Carlos Maria Trindade (keyboards)
Pedro Ayres Magalhães (guitar)
Francisco Ribeiro † (violoncello)
José Peixoto (guitar)
Gabriel Gomes (accordion)
Carlos Maria Trindade (keyboards)
El género
se populariza dentro y fuera del país,
dada su extrema vitalidad desde la tristeza que enmarca y gracias, desde luego, al sentido
que cantantes y expertos del género supieron darle al cruzar sus fronteras, caso de la bella fadista Amalia Rodríguez y su inigualable
“Estranha forma de amar”. Aparte de ello, la música de la región tiene consigo buena parte de las facultades de este género de
estrellas, desde la música de las Azores (algo más gitana o gypsy) hasta notas provenientes de la rica
cultura árabe,
sentido mismo de esta parte del mundo y reflejo de su éxodo y retorno a la tierra del Sinaí.
Fuente: VV. AA. Portugal. El fado. Editorial Océano. España, 2006, 96 páginas.
PESSOA, Fernando. El regreso de los dioses, Acantilado ed. España: 2007, 431 págs.
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