Parte de los países bajos y como heredera
fundamental de las culturas germánicas, Holanda se erige frente al mundo por
la bastedad de una cultura rica en heterodoxias. Sobresale sobre
todo el hecho de tratarse de una música totalmente si no en su
mayoría, festiva y jovial. De sus tempranos años habrá que
rescatar el hecho de ser un país debatido entre la jovialidad de sus cantos
populares y el impacto de la música europea con la que buena parte de
sus músicos se vieron emparentados por cuenta de los aires tempranos
de la ilustración y la música así llamada como culta.
Holanda y su música.
De los músicos de
la era espiritual bastante noticia se tiene en el mundo y no tanto
de la otra parte tradicional de estos países. Por un lado habría
que resaltar el uso de instrumentos como la guitarra, la flauta (parte
de la travesía germánica con la que incluso la zona norte del
continente tuvo su empatía y glosó sus fortunas), el acordeón, hijo
este de su relación con Alemania, hasta el uso del piano, el órgano
y la viola de gamba.
Como parte de la riqueza de Holanda se tiene a consideración lo siguiente: Normandos y nómadas, expertos en las artes de poetas como François Villon, a medio camino de la iglesia y la taberna.
Trijntje Oosterhuis - Kleine Jongen
Recientemente, hacia los años cincuenta del siglo XX, la música de la zona, así como pudo verse en buena parte del mundo europeo, terminó por verse influenciada por el pop, en Holanda el nederpop, o la llegada de las ondas heavy, bastante politizadas, de las zonas de norte y oriente de Europa, el Rock oscuro o el punk, todo como parte de los esquemas globalizadores de su vecina Gran Bretaña o los Estados Unidos.
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